martes, 22 de mayo de 2018

Dance me to the end of love

Una música suave inunda el ambiente. Esa trompeta de jazz que nos despierta de un letargo silencioso. Como bocanadas de aire que dan vida. Llega un momento que solo se nota la pared deslizándose en mi espalda. No hay final en la caída, estamos abocados a un final triste. Ya no me queda nada, tan solo el recuerdo y alguna que otra foto. Esa foto que cuando la veo duele. Escuece mas bien. La carretera se desplegaba ante mi y las luces del coche alumbraban cada centímetro de la vía que recorría. De copiloto una sonrisa y unos ojos preciosos, marrones, intensos. ¿Acaso no estaba todo escrito?
El caso es que empiezas con un volantazo momentáneo y la sonrisa que llevas a tu lado se apaga un poco. Sigues dando volantazos cada vez mas fuertes, el coche va haciendo eses pero tu te sientes seguro. Tal vez sea la sonrisa. Tal vez la falsa seguridad que te da el sentirte querido. Un pilar, eso es lo que era para ella. Un punto de apoyo. No supe comportarme como tal. Si en aquella boda hubiese sido más cariñoso. Si aquel paseo en el monte lo hubiese afrontado de otra manera. Si hubiese tenido las ganas de vivir necesarias. No hay nada ya. La carretera ha desaparecido. Primero, porque ya no tengo luces en mi coche, segundo porque noto el traqueteo de estar andando en un terreno que no esta asfaltado, aunque no vea por donde conduzco.
No te aconsejo que llegues a este punto. El punto de no retorno. Como cuando un avión se queda sin combustible suficiente para retornar al punto desde donde inició su vuelo. Es ese punto en el que todo esta decidido y no hay ni la mas mínima posibilidad de cambio. Cuando además de saber eso ni te hablan por precaución. Eso es lo que me hace recordar cada día lo que perdí.

Desliza

Es ingente la cantidad de cosas que nos perdemos por simple apariencia. En un mundo gobernado por el deslizamiento en la pantalla creemos que es tan fácil encontrar a una persona idónea. Todo nos queda grande y aun así creemos controlarlo todo. No importa las veces que fallemos. Descartamos posiblemente a la mejor compañera de nuestra vida solo porque en la foto no sale como nos gusta. O no respeta unos cánones de belleza. Cuando lo que nos perdemos es lo que muestra sus ojos. Un alma, una intención, un movimiento genuino. Un criterio, una impresión frente a la vida, metodos nuevos para afrontar aquello que nos sobrepasa. Todo esto perdemos al deslizar la pantalla hacia la izquierda en vez de a la derecha. Un puto gesto con el dedo nos condena a la ignorancia, a formar otra realidad que solo tal vez, no se ajuste a nosotros.

martes, 15 de mayo de 2018

Deja que prenda

Ayer me di cuenta de que  me respondiste. Un correo breve, te haces vieja y esperas que me vaya bien. La brevedad que merezco por gilipollas. Al margen de esto, tal vez me sentía con fuerzas cuando te escribí por tu cumpleaños. Fuerzas que no he tenido al leer tu correo. Aun sabiendo que tratas de no decirme nada para que no me duela, pero al saber de ti siento dentro de mi una sensación como de querer seguir la conversación. Y vuelven las ganas de pedirte perdón y excusarme por mis cagadas soberanas.
He pensado mucho estos días en aquel momento que te cortaste el pelo corto. Y las fotos que me mandaste con tu sonrisa eterna. Esa sonrisa que no ha sucumbido a mi negatividad. No hace más que atormentarme esta situación porque entro en un pozo y no se salir. O no quiero salir. Estoy volviendo a joder todo lo que me rodea, compañeros de trabajo y demás. Y es que he perdido a mi confidente. Eras la que en cierta manera me ataba a la cordura y a la felicidad. Aun me arrepiento por no haber bajado por aquellas escaleras contigo y adentrarme en la niebla, o no haber parado en aquel puente que tanto te llamó la atención.
Es como si no mereciese ser feliz. Como si me diese rabia serlo. No estoy contento con mi vida porque luego no hay nada. Ayer lo estuve hablando con un amigo y le dije que eras la persona con la que iba a compartir mi vida y no supe mantenerte. Esta mierda me va a marcar permanentemente. Tengo que dejar de escribir, la marea negra sube y empiezo a no hacer pié.

jueves, 3 de mayo de 2018

Siembra

He aquí mi último aporte a la humanidad. Después de esto termino con todo. Atrás dejo odios, desamores, amistades y un sin fin de estímulos que me han hecho pensar como pienso ahora. Dejo mi pobre música para aquel que se encuentre tan perdido como lo estuve yo. Mi humilde presencia en la vida no merece más que una despedida fugaz. Algunos vinilos tienen muchos más surcos que otros. Pero cuando llega al final solo queda el "huevo frito" que nos anuncia que ya no hay nada. Este vinilo ya ha sonado lo suficiente. Por lo tanto gracias a aquellos que me habéis apoyado y a los que no también porque me habéis hecho pelear hasta alcanzar lo que soy. No puedo evitar pensar que con este adiós, la humanidad toma un respiro y la bondad tiene otra vez esperanza. No quiero lagrimas, ni tristezas, solo dejad que mi imagen pase de largo en vuestra memoria, seguid con vuestras cosas, preocuparos por aquello que os llene de vida. Todo es mejor sin el amargo sabor de mi visión. Si la realidad se rige por lo que imprimimos en ella no quiero esta impresión oscura y triste. No quiero sentir más dolor ni más amor ni nada, solo quiero que la realidad pase y pase de mi. Al fin y al cabo cada vez que me siento mal es porque socialmente no llego a lo que el resto de la gente llega. No tengo tanta gente cercana ni soy tan apreciado. Es una fabricación mía la verdad, todo lo que se recoge se ha de sembrar antes. Si siembro y no me gusta lo que recojo, ¿por que me duele? Si quise perder a toda esa gente no se de que me extraño si ya no está. Esta idea se presenta muchas veces en mi cabeza como una meta a alcanzar. Quiero ser, quiero gustar y al final me olvido de lo que soy. Por tanto dejo de perseguir esa meta, no soy ni gusto y lo asumo. Volverán las navidades futuras a recordarme todo aquello que no tengo y que perdí. Y volveré a entristecerme después de haber sembrado semillas podridas.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Te jodes

Aquí estoy, recién levantado, con el café en la mano y en mi cabeza la inherente sensación de que tengo que recuperar algo. Eso de que dicen que el tiempo te pone en tu sitio. Al parecer a mi me toca el mejor de los huecos, apartado. Tal vez sea una realidad que no acierto a ver. Tal vez no este mentalmente sano. Silencio interrumpido por el motor de los coches. Tu camino ahora lo recorre otro y a cada paso que das te recuerdan porque no servías para ese camino. Todo es una maraña de sensaciones. Las diez de la mañana. Nada para. Menos yo. Anclado, inmóvil, como un punto de referencia en el universo y todo gira menos ese punto. Una foto, un beso sobre un fondo blanco. La nieve vuelve aún mas pura esa relación. Me alegra haberte enseñado lo que no tienes que aguantar.

domingo, 29 de abril de 2018

Disfruta del sabor amargo.

Con la necesidad de un confort como el que te dan tus padres cuando te decían de pequeño que no tenías de que preocuparte. Esa calurosa sensación que te da el saber que hay una persona que vela por tu recuerdo y al menos le importa que tu no estés en este mundo. Son las fuerzas que tiene uno por vivir. Sabemos que necesitamos pertenecer a una entidad mayor. Una falange de apoyo anímico que nos permite afrontar todo mucho mejor. Como afrontar la soledad con la cálida luz y el cómodo sonido de la televisión. Depositar aquello que nos preocupa en un ente externo que sabemos que nos lo va a solventar. 
Lo más gracioso es leer que mi signo del horóscopo, tiene como miedo principal la soledad. Y la soledad es la única constante en la vida. Soledad para valorar la compañía. Amor para sufrir la soledad. 

domingo, 1 de abril de 2018

Persona 2

El cigarro humea en el cenicero como esperando a la bocanada por parte de su dueño. El humo se desenvuelve en una habitación con una mesa y un ordenador. Frente al ordenador las gafas cubren unos ojos que llevan 58 años viendo el mismo mundo. Su jornada laboral se termina y es hora de hacer la copia de seguridad de todo su trabajo diario. Ni las prisas ni las ganas se vislumbran en la cara del hombre que espera que la barra de completado llegue a su fin. Como todos los días recoge el disco duro, lo mete en el maletín y después de apagar las luces de su pequeño despacho cierra la puerta con una llave magnética y se cerciora que la puerta no se abre. Recorre los pasillos en busca de la salida. Los compañeros del trabajo le despiden deseándole que descanse en su tarde libre. La respuesta era automática, hace tiempo que había zarpado ese barco del puerto. Hace mucho tiempo que perdió esa oportunidad de ganar la batalla.
Cuando sale del trabajo, coge el coche y se encamina a su barrio, aparca el coche y sube a casa. Tal vez si hubiese hecho las cosas de otra forma alguien le esperaría al subir a casa. O si simplemente, hubiese afrontado las situaciones de otra manera podría llegar a estar acompañado.
Pero la cruda realidad es que la soledad es la única compañía. Una noche más. Bajo el reloj de la cocina otro cigarro humea la estancia. El azul de los azulejos del baño le coloreaban sus pensamientos. Sabe que esta y estará solo, lo que más le preocupa es que ya no le importa. Ha creado un pequeño universo entre los aparatos electrónicos y su estantería inmensa llena de libros. Hace mucho tiempo que decidió rendirse al dolor de la soledad antes que al dolor de cabeza que le causan las relaciones sociales. Nada le divierte, nada le hace sonreír. Tiempo atrás había luchado por intentar tener amistades, incluso una pareja sentimental pero lo que parecía algo que encajaba perfectamente se convertía en piezas putrefactas que formaban un mensaje que no hablaba muy bien de él. Todo se había deshecho, los amigos de toda la vida ya no están solo porque muchas veces se comportaba de una forma poco cuidadosa con la gente que le rodeaba, pensando que siempre estarían ahí estiraba la situación hasta conducirle a la banqueta fría de una cocina en la que a nadie le importaba como ni si pasaba el tiempo.
Tal vez el error es suyo. Se preocupa por la gente que en verdad le importa, pero tal vez espera que la respuesta sea equitativa o al menos que cumpla las expectativas. El cursor parpadeante en un documento en blanco de su portátil le espera una noche mas en la mesa del salón. Hace ya mucho tiempo que no le salen las palabras para ser escritas. Desde que abandonó todo lo que le rodeaba, o todo lo que le rodeaba le abandonó a él.

viernes, 23 de marzo de 2018

Persona 1

Un bastón tantea el suelo con cuidado, las baldosas deslizan la bola de la punta del bastón como buscando obstáculos que esquivar. Alrededor, tan solo ruido, ruido del metro saliendo de la estación, el ruido de la gente hablando, compartiendo impresiones de la vida cotidiana. Una señora con un niño pequeño, trata por medio de indicaciones asertivas, agarrarle de la mano para asegurarse que no eche a correr. Unos turistas tratan de dilucidar la salida que tienen que coger para visitar aquello que buscan. Una empleada del metro trata de comunicarse con alguien que se encuentra al otro lado de un walkie-talkie. A todos estos sonidos de la vida corriente los acompaña una oscuridad inmensa, oscuridad que la acompaña desde que nació.
En el otro extremo del bastón se encuentra una mujer. Intenta hacer vida normal pero tienes sus limitaciones, aun así a adaptado su vida a las posibilidades que su físico le da. Todas las mañanas se monta en el metro y presta atención a la voz que indica la próxima estación, aunque lleva tanto tiempo haciendo el mismo recorrido que se lo sabe de memoria. Aun así le da seguridad y le reconforta que una voz le indique donde se encuentran en cada momento. Cuando llega la estación nota que la gente hace especial ademán en dejarla pasar e incluso la acompañan hasta la puerta para no tropezarse con nada.
Baja tantas veces en la misma estación que tiene medida la distancia que existe entre el vagón y el anden, que siempre comprueba con su bastón blanco. Cruza la puerta del vagón y se encamina, como siempre a la derecha, intentando por medio del tacto del bastón buscar llegar a las escaleras que la sacan del metro.
Hoy está contenta porque sus amigas la van a sacar a tomar algo después del trabajo. Trabaja en una panadería propiedad de una familia humilde de la otra parte de la ciudad. Desde que conoció a la familia, entablaron una buena relación y estos le proporcionaron un trabajo acorde con sus capacidades. Su trabajo consiste en amasar bien el pan y darle forma, luego deja las barras de pan cerca del horno, y la mujer de dicha panadería se encarga de meterlas al horno. Sabe perfectamente que no es el trabajo soñado por ella, ni mucho menos, aun así este trabajo le permite sacarse un dinero mientras se siente útil. Además el apoyo que obtiene por parte de la familia de la panadería es inmejorable.
Llega el fin de la jornada y esta vez se encamina a la parada de autobús, que hace el recorrido mucho más rápido que el metro aunque no tiene un aviso por voz de la parada que viene a continuación. la sensación que le embriagaba en ese momento era felicidad. Ha terminado su jornada laboral y se encamina a casas lo mas rápido posible para cambiarse y poder quedar con sus amigas. La emoción la superaba e intentaba andar lo más rápido posible sin descuidar por donde pisaba gracias a su bastón. Con una media sonrisa baja del autobús despacio, después de que el conductor le indique que esa era su parada.
Lo que mas le cuesta es localizar el bordillo de la acera para poder pisar correctamente, era el momento más duro para ella, la carretera al tacto del bastón era toda igual. De pronto, una voz de un chico desconocido hace acto de presencia en sus sentidos. "Perdona, te he visto en el autobús y no he podido evitar ofrecerte mi ayuda ¿Quieres que te acompañe a algún lado?"
¿Podía ser un día mejor? No solo es el inicio de un fin de semana que promete, al menos el viernes saliendo con sus amigas. Pero recibir ayuda inesperada a pie de calle no lo esperaba. En una sociedad que nadie mira mas allá del extremo de su nariz, un chico se siente incomodo al verla desorientada buscando la acera y le ha prestado su ayuda.
"No te preocupes, mi portal esta unos metros mas arriba en esta misma calle", le dice tratando de dar una apariencia de autosuficiencia. "Yo tengo que ir por esta calle así que voy a acompañarte hacia arriba".
A pesar de que el bastón es todo lo que necesita para orientarse en la calle, notar la mano de una persona, aunque sea desconocida, agarrándola del brazo con mimo e indicándola cuales son las mejores secciones de la acera para caminar tranquila, le hacia sentirse reconfortada y segura.
El portal era el punto donde estas dos personas dividían sus trayectos, una pena que nunca mirar a los ojos a esa persona para dar los agradecimientos mas sinceros.
Esperaba una tarde animada, hacia bastante tiempo que no estaba con sus amigas cenando o al menos con el suficiente tiempo para contar cotilleos. Sabía que su historia iba a ser la del desconocido que le le ha ofrecido una ayuda altruista.

La realidad se conforma entorno a nosotros, nosotros decidimos como tratamos esa realidad y que capacidades tenemos para valorarla. 

lunes, 19 de marzo de 2018

Documental

Una especie autóctona y nocturna. Aquella que olvida todos sus problemas y se entrega al desenfreno por el mismo desenfreno. Sumergirte en tu película y no salir de ella. Pero al final de la noche vuelves a casa y te encuentras lo de siempre, la cartera vacía y un dolor de cabeza inmenso. Se nos llena la boca verdaderamente cuando predicamos que salimos para pasarlo bien, bailar y disfrutar de la compañía. Sin embargo cada noche es una jungla en la que los animales cumplen con sus rituales de apareamiento. Camiseta pegada por favor, que se noten los músculos labrados durante toda la semana con tal fin. "No, yo lo hago por mi para sentirme mejor conmigo mismo y lograr una buena salud". Puta mentira. Aquellos que dicen "lo hago por mi" o "lo hago por salud" es una puta falacia que se repite sin cesar.
Si lo haces para sentirte tu  bien, admite que te sientes bien cuando cumples los requisitos que la sociedad establece para considerarse "atractivo" o "guapo". No hay ningún crimen en aceptar que lo hacemos por eso, yo me siento mal cuando me miro en el espejo pero acepto de donde viene ese sentimiento y me suelo mear en él. Pero queremos escapar del redil usando falacias no reflexionadas.
La salud es otro tema que me saca de mis casillas. Admitamos que con ejercicio mejoramos mucho la salud e incluso comiendo sano. Pero de ahí a que tengas que marcar tus brazos hasta que parezcas un puto personaje sacado de un cómic, o que tu culo tenga que tener una curva que ya roza lo antinatural, hay un abismo que nos lo pasamos por el forro de lo más sagrado.
Nos seguimos engañando a nosotros mismos pidiendo dignidad a la mujer y control al hombre. Mientras a las cinco de la mañana una mujer se le vea en los ojos que le gusta sentirse un pedazo de carne bien jugoso, subida en el podio y ofreciendo, con movimientos sensuales, sus atributos a todo el público, seguirá existiendo el perfil de puto baboso que no tiene filtro cuando le ponen cachondo. Y mientras siga existiendo esta sociedad las personas se verán obligadas a ser y sentirse algo que tal vez no deberían ser.

viernes, 16 de marzo de 2018

Decoro

La vida es un tesoro. Estaría feo perdérselo y andar inmerso en tonterías en vez de disfrutar del tiempo que nos han dado. Hoy estoy cansado como para sonreir. Tal vez cansado de estar en la rueda. La mierda existencial me inunda cuando pienso que "no existir" sería mejor. Cual es la diferencia de ser o no ser. Shakespiere.
Una voz sensata te diría, ¿y perderte todo lo bueno que has pasado solo por no pasar lo malo?. Bien, pues con esa pregunta entramos una vez mas en la falacia del universo binario, en la que dividimos la realidad en dos partes, lo bueno y lo malo. Desgrana tu vida y haz dos columnas pros y contras, valora eso y después suicídate.

He pasado cosas buenas y cosas malas, esta claro, peor hay algo mas que es el hastío a existir. Vivo cansado, sin ganas de nada prácticamente. Reacciones químicas equivocadas en mi cabeza. Ya se acabó, todo necesito un cambio y marcharme lejos. El día que desaparezca no habrá posibilidades de retorno.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Seguimos funcionando.

La única condición es que escribas. Escribe cada segundo de tu vida y las impresiones que en ti genera. Escribe sobre la desigualdad, las injusticias, el desamor o incluso de fuerzas tan conciliadoras como el amor en sí. Tan solo escribe todo lo que tienes dentro de ti. Piensa en un concepto sobre el que quieras versarte. Elige una metodología con la que abordar el tema en cuestión y exprésate. O también, puedes no elegir un tema y simplemente escribir las sensaciones que te van llegando. Yo sigo con la misma y todos los temas sobre los que escribo acaban en el mismo callejón sin salida. Algo que quieres y que no lo tienes. Cuanto mas lo quieras y lo persigas mas lejos de ti estará. Como el agua cada vez que tratas de atraparla con las manos. Si, por lo contrario, te dedicas a echar un paso atrás tu propia incertidumbre te consume, sintiendo una fuerza tremenda que trata de contactar con esa parte de tu vida que te hace feliz. Se va, vuelve y se vuelve a ir. Un pasatiempo sin ningún motivo. Y ¿por que ningún motivo? pues porque quieres lo que quieres y es muy difícil omitirlo.
Ahora mismo estoy inmerso en esa noche. Una noche que sabía que se avecinaba una madrugada intensa y llena de caricias. Estoy paseando bajo el frío punzante y temblando mientras escucho tu voz hablar. Por momentos siento que si estas aquí mi vida va bien. Te necesito ¿por que?. Solo porque me considero más valorado si me das un beso. Pero ¿donde quedo yo, quien soy yo y que quiero? Tal vez ese sea el problema, que te necesito para librarme de mi. Y eso es como un ardor interminable, sobre todo porque no estas.

viernes, 9 de marzo de 2018

Mono

Sudores fríos. Mi organismo reclama ese elemento que le falta para funcionar correctamente. Se ha hecho a la nueva situación, busca sin parar una forma de alterar su estado natural o normal. Partículas invisibles al ojo humano que tienen un efecto inmenso en entes mucho mas grandes que el mismo.
Es de noche, y el techo me saluda de una forma irónica. Como congelado mirándome, el blanco que se presenta ante mis ojos me hace sumergirme en lo mas profundo de mis pensamientos. Solo un poquito más. Una dosis más que me haga calmarme. Respirar la sencillez, la calidez, incluso la felicidad. Mis neuronas se agolpan como una cola de personas impacientes, esperando recibir otro impulso eléctrico que traslade mas droga a mi cerebro.
Todo empezó tonteando con una sustancia que no parecía peligrosa. Incluso me elevaba por encima de la estúpida realidad. No se, pero esa sustancia hizo que me creyese algo.
En un plano remoto espero a que el mono cese, pero no para. Me golpea la cabeza a cada latido de mi corazón. No me deja pensar claramente, no puedo elaborar pensamientos complejos, ni teorías validas. Estoy empezando a no aguantar a la gente, no puedo pararme a pensar lo que me falta. Tal vez no ahora, pero volverá y con ella su sonrisa que me droga.

martes, 27 de febrero de 2018

Inmenso azar

Existe un grano de arena en una playa kilométrica. Una minúscula piedrecita en un mosaico que es este planeta. Aparentemente y teniéndola en cuenta individualmente no significa nada pero hace que el dibujo que contiene el mosaico cobre sentido. Tal vez si faltase esa pieza seguiría siendo un mosaico y cumpliría su función, pero se notaria mucho su ausencia. No solo por el hueco vacío donde se adivina el cemento, sino porque las demás piezas ya no lucen igual si no esta ella.
Aun no entiendo la razón de que las personas que mas influyen en nosotros son las que menos quieren influir. Una persona que aparentemente no crees que pueda aportarte nada, acaba dándote una solución a tu vida.
Pensadores de la antigüedad ya se dieron cuenta que la realidad obedecía a una serie de causa y efectos. Un movimiento que provoca el siguiente y así hasta nuestros días, pero, ¿cual sería el primer movimiento o efecto? Dado que es el principio y nada le precede debe ser un motor que hace mover a los demás pero él se mantiene inmóvil.
La inercia mas bestial viene dado desde ese tipo de efectos. Apenas se mueve de su trayectoria el cuerpo celeste y yo he provocado una colisión con ella que ha desviado mi órbita. Esa órbita que me mantenía atado a un sol negro, oscuro y que solo transmitía frío. Ahora el cuerpo celeste que me ha provocado esta escapatoria se aleja de mi con el paso del tiempo, como si nada hubiese hecho. Indiferente. Yo he dejado ese sol oscuro detrás, ahora navego por una oscuridad inmensa que, al menos, no transmite el frío de mi anterior estrella. Ahora mi capa atmosférica busca luces que recibe de la inmensidad del universo, y ya nota calor.
Voy a caer en el pecado más repetido por el ser humano, voy a personificar ese azar que ha hecho que nos encontremos, voy a venerarla, y sobre todo voy a darle gracias por cruzar mi camino con el tuyo.

martes, 13 de febrero de 2018

La reflexió

Un pensamiento de un segundo de duración. Pensando en ella automaticamente he pensado que como es el caso, no soy el adecuado para ella, habrá alguien que sea adecuado para mi. Pero inferior. Mi mente ha pasado la fina linea de poner el objetivo en alguien como ella y como no se puede alcanzar lo que me queda es inferior. Reflexionar esto, a su vez, todavía me deja claramente colgado el cartel de "cero interés". Películas, escenitas... aunque sea en mi cabeza. Pero bueno de eso se trata toda esta basura escrita, ya queda constancia que solo necesito dos noches para que la tontería se intente abrir paso, como llamando a la puerta con recuerdos y pensamientos pasados. Sigo trabajando en ello para algún día alcanzar ese equilibrio

jueves, 11 de enero de 2018

Reflexión Nº 32

No os engañeis mortales insignificantes. Somos la criatura más imperfecta que anda por la faz de la tierra. Categorizamos y clasificamos por naturaleza. Amoldamos el entorno y nuestra realidad para poder darle un orden que podamos entender. Nos creemos los dueños de todo aquello que pisamos porque no hay un ente racional equiparable a nosotros que nos diga lo contrario. Creemos tener una ética muy desarrollada y razonada, pero somos moralmente repugnantes. Damos bandazos de un lado para otro y creemos tener el camino trazado. Construimos un sentido a la vida que nos hace alejarnos de nuestra naturaleza. El humano un animal más. Solo porque nuestro físico procede de la naturaleza y se acopla a la generalización mundial de todo ser vivo. Sin embargo nos vemos fuera de la naturaleza constantemente. Transformamos el entorno aspirando alcanzar una meta que nunca llega.
En una realidad en la que no se puede trazar una linea recta, no se puede entender dividida en compartimentos estancos. Nos es imposible alcanzar la felicidad completa y plena, pero tenemos esa idea en la cabeza. Vivimos con conceptos que parecen reales y vivimos acorde a ello, pero la realidad nos contradice siempre. Aspiras a vivir en el futuro, que llegue lo próximo y que la rueda gire. Y nos encontramos con la avaricia, el egoísmo y la tontería que es la mente humana.
Olvidaros de esa puta mierda de "carpe diem" que nos hace creer que somos diferentes, somos una insignificante mota de polvo en una tormenta de polvo que no logramos entender.