domingo, 29 de abril de 2018

Disfruta del sabor amargo.

Con la necesidad de un confort como el que te dan tus padres cuando te decían de pequeño que no tenías de que preocuparte. Esa calurosa sensación que te da el saber que hay una persona que vela por tu recuerdo y al menos le importa que tu no estés en este mundo. Son las fuerzas que tiene uno por vivir. Sabemos que necesitamos pertenecer a una entidad mayor. Una falange de apoyo anímico que nos permite afrontar todo mucho mejor. Como afrontar la soledad con la cálida luz y el cómodo sonido de la televisión. Depositar aquello que nos preocupa en un ente externo que sabemos que nos lo va a solventar. 
Lo más gracioso es leer que mi signo del horóscopo, tiene como miedo principal la soledad. Y la soledad es la única constante en la vida. Soledad para valorar la compañía. Amor para sufrir la soledad. 

domingo, 1 de abril de 2018

Persona 2

El cigarro humea en el cenicero como esperando a la bocanada por parte de su dueño. El humo se desenvuelve en una habitación con una mesa y un ordenador. Frente al ordenador las gafas cubren unos ojos que llevan 58 años viendo el mismo mundo. Su jornada laboral se termina y es hora de hacer la copia de seguridad de todo su trabajo diario. Ni las prisas ni las ganas se vislumbran en la cara del hombre que espera que la barra de completado llegue a su fin. Como todos los días recoge el disco duro, lo mete en el maletín y después de apagar las luces de su pequeño despacho cierra la puerta con una llave magnética y se cerciora que la puerta no se abre. Recorre los pasillos en busca de la salida. Los compañeros del trabajo le despiden deseándole que descanse en su tarde libre. La respuesta era automática, hace tiempo que había zarpado ese barco del puerto. Hace mucho tiempo que perdió esa oportunidad de ganar la batalla.
Cuando sale del trabajo, coge el coche y se encamina a su barrio, aparca el coche y sube a casa. Tal vez si hubiese hecho las cosas de otra forma alguien le esperaría al subir a casa. O si simplemente, hubiese afrontado las situaciones de otra manera podría llegar a estar acompañado.
Pero la cruda realidad es que la soledad es la única compañía. Una noche más. Bajo el reloj de la cocina otro cigarro humea la estancia. El azul de los azulejos del baño le coloreaban sus pensamientos. Sabe que esta y estará solo, lo que más le preocupa es que ya no le importa. Ha creado un pequeño universo entre los aparatos electrónicos y su estantería inmensa llena de libros. Hace mucho tiempo que decidió rendirse al dolor de la soledad antes que al dolor de cabeza que le causan las relaciones sociales. Nada le divierte, nada le hace sonreír. Tiempo atrás había luchado por intentar tener amistades, incluso una pareja sentimental pero lo que parecía algo que encajaba perfectamente se convertía en piezas putrefactas que formaban un mensaje que no hablaba muy bien de él. Todo se había deshecho, los amigos de toda la vida ya no están solo porque muchas veces se comportaba de una forma poco cuidadosa con la gente que le rodeaba, pensando que siempre estarían ahí estiraba la situación hasta conducirle a la banqueta fría de una cocina en la que a nadie le importaba como ni si pasaba el tiempo.
Tal vez el error es suyo. Se preocupa por la gente que en verdad le importa, pero tal vez espera que la respuesta sea equitativa o al menos que cumpla las expectativas. El cursor parpadeante en un documento en blanco de su portátil le espera una noche mas en la mesa del salón. Hace ya mucho tiempo que no le salen las palabras para ser escritas. Desde que abandonó todo lo que le rodeaba, o todo lo que le rodeaba le abandonó a él.