jueves, 3 de mayo de 2018

Siembra

He aquí mi último aporte a la humanidad. Después de esto termino con todo. Atrás dejo odios, desamores, amistades y un sin fin de estímulos que me han hecho pensar como pienso ahora. Dejo mi pobre música para aquel que se encuentre tan perdido como lo estuve yo. Mi humilde presencia en la vida no merece más que una despedida fugaz. Algunos vinilos tienen muchos más surcos que otros. Pero cuando llega al final solo queda el "huevo frito" que nos anuncia que ya no hay nada. Este vinilo ya ha sonado lo suficiente. Por lo tanto gracias a aquellos que me habéis apoyado y a los que no también porque me habéis hecho pelear hasta alcanzar lo que soy. No puedo evitar pensar que con este adiós, la humanidad toma un respiro y la bondad tiene otra vez esperanza. No quiero lagrimas, ni tristezas, solo dejad que mi imagen pase de largo en vuestra memoria, seguid con vuestras cosas, preocuparos por aquello que os llene de vida. Todo es mejor sin el amargo sabor de mi visión. Si la realidad se rige por lo que imprimimos en ella no quiero esta impresión oscura y triste. No quiero sentir más dolor ni más amor ni nada, solo quiero que la realidad pase y pase de mi. Al fin y al cabo cada vez que me siento mal es porque socialmente no llego a lo que el resto de la gente llega. No tengo tanta gente cercana ni soy tan apreciado. Es una fabricación mía la verdad, todo lo que se recoge se ha de sembrar antes. Si siembro y no me gusta lo que recojo, ¿por que me duele? Si quise perder a toda esa gente no se de que me extraño si ya no está. Esta idea se presenta muchas veces en mi cabeza como una meta a alcanzar. Quiero ser, quiero gustar y al final me olvido de lo que soy. Por tanto dejo de perseguir esa meta, no soy ni gusto y lo asumo. Volverán las navidades futuras a recordarme todo aquello que no tengo y que perdí. Y volveré a entristecerme después de haber sembrado semillas podridas.

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