miércoles, 22 de noviembre de 2017

Partes de un todo

Todo empieza como una nota solitaria que resuena en la eterna nada. Una nota, un golpe musical que por si solo no significa nada. Como una única letra en un inmenso folio. Nada lo produce, simplemente sucede. Entre todas las posibilidades que pueda dar la nada en ese momento surgió la posibilidad, y por lo tanto el hecho, de que una fibra vibrase en lo más profundo de un océano.
Esa nota se vuelve a reproducir, guardando una armonía perfecta con la anterior. Esta última completaba a la otra. La primera toma forma, y se hace más pesada para la realidad gracias a esa segunda nota que le daba un sentido y una dirección. Por supuesto no hace falta decir que la segunda era gigante gracias a la primera.
Los golpes se acelera, pom pom pom, la secuencia se completa a sí misma, todos los golpes sonoros toman fuerza conjuntamente y forman otro ente totalmente diferente. Con mucha más personalidad y con significado por si misma. Son las pequeñas partes que reproducen un todo. Así nació el universo y todas las cosas que en el habitan.
Así también nace la nostalgia. De pronto un día recuerdas un paseo. Insignificante tal vez, una vuelta por un parque que has visto muchas veces y simplemente pasabas una agradable tarde en compañía de una conversación dulce. O, tal vez, la sensación que te producía un domingo por la mañana despertando en su compañía con unos labios como desayuno. También esas mañanas laborables que, a pesar de que el trabajo esperaba impaciente a quitarte horas de tu propio disfrute, notabas que el día era corto para las fuerzas que te invadían. Un par de recuerdos más, que surgen de la nada, y ya está. Un ente inmenso. con una presencia abrumadora y con significado por si misma, la nostalgia.

Y todo porque unimos putos puntos hasta construir un dibujo.

No hay comentarios: